Una guía para usuarios novatos que puede ayudarlos a evitar que su paseo por la red se convierta en un mal viaje
Lo más benigno que puede ocurrir
cuando alguien usurpa nuestra identidad en Internet es aquel molesto
mensaje en Facebook que deja algún amigo que tomó nuestra cuenta como
escenario para reírse de uno. Sin embargo, el robo de identidad en
Internet puede llegar hasta extremos que podrían chocar con nuestras
finanzas o nuestro récord criminal.
Revisemos algunas prácticas para evitar que eso ocurra.
1. Cierra sesión. No
importa que estés en la computadora que usas todos los días en el
trabajo. La primera medida de seguridad es evitar mantener la sesión de
nuestras redes sociales y de correo abiertas. En el caso de Facebook,
hay una opción para mantener la seguridad que pocos conocen: la red
social nos permite saber desde dónde te has conectado por última vez.
2. El modo incógnito. Una
forma de asegurarnos que nuestras sesiones no queden guardadas es
ingresar a través del “modo incógnito” o “navegación privada” que varios
navegadores usan para no guardar registro de los sitios web visitados.
Así la máquina no podrá guardar las contraseñas y nuestra información
estará a salvo.
3. Deja de exhibirte (I).
No importa que tus fotos estén en modo privado en tus redes sociales, o
que se las envíes solo a tus amigos por mail. Puede que quienes tienen
acceso a ellas las publiquen o compartan. Es mejor evitar compartir
imágenes que luego puedan ser usadas por alguien que quiera usurpar tu
identidad.
4. Deja de exhibirte (II). Otra
forma en la que la gente suele exhibirse es dando información: presumir
del nuevo celular que te costó una millonada puede ser un error, tanto
como poner imágenes del auto nuevo o de la casa recién comprada. Todo
eso termina siendo información que puede ser usada por alguien que
quiera tomar nuestra identidad.
5. La geolocalización. Redes
como Foursquare pueden ser un problema: ya se ha visto bromas de gente
haciendo check in en el banco, pero el tema va más allá. Las fotos, por
ejemplo, tienen la fabulosa opción de registrar dónde han sido tomadas,
por lo que alguien que quiera obtener información de uno para robar
nuestras contraseñas podría saber hasta dónde queda nuestra casa.
6. Contraseñas fuertes. Olvidémonos
de una vez de poner eso de la fecha de nacimiento o el número de
teléfono. Evitemos poner preguntas de seguridad muy obvias. Hay algunas
que podrían ser averiguadas fácilmente por alguien con acceso a nuestra
cuenta.
7. Registrar nuestro nombre. Otra
posibilidad es la de empezar a comprar dominios con nuestro nombre para
que luego nadie los compre con el fin de incomodar. También podemos
crear cuentas en todas las redes sociales que se nos ocurran, sin
ninguna información.
8. El https. Las direcciones de Internet suelen estar antecedidas por los caracteres http://.
Sin embargo, si es que se te pide algún dato personal como números de
cuenta, por ejemplo, ve que la dirección tenga delante los caracteres https://, que garantizan que el pedido se hace desde un servidor seguro.
9. La máquina segura. Un
amigo decía que la única computadora a la que no le entran virus es
aquella que no está conectada a Internet ni tiene puertos USB. Así que
para evitar que ingresen bichos que podrían vulnerar nuestra seguridad,
es necesario tener todos los antivirus, firewalls y antispyware
posibles, además de seguir algunas reglas de comportamiento que evitarán
que descarguemos programas espías.
10. La computadora ajena. Si
no estás en una máquina que habitualmente uses, mejor no entres a tus
cuentas privadas. Suele pasar cuando estamos de viaje, por ejemplo. Si
tu situación es esa, mejor ingresa desde tu laptop, celular o tablet y
hazlo a través de una conexión segura.
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